Puede alcanzar los 30 m y tiene una copa amplia y regular. La corteza es pardo-grisácea y se agrieta longitudinalmente con la edad. Las hojas, de 3-10 cm de largo, son acorazonadas, algo asimétricas en la base, serradas, y acaban en punta alargada; son lampiñas por el haz y con pelos de color herrumbre en el envés, sobre todo en las axilas de los nervios. Las flores aparecen erectas en grupos de 4-15, están acompañadas por una hoja modificada (bráctea) con forma de lengüeta, y son muy aromáticas y melíferas. El fruto maduro es redondeado y liso, lo que lo diferencia del tilo de hojas grandes (Tilia platyphyllos Scop. subsp. platyphyllos), que posee costillas longitudinales.
ECOLOGÍA
Se cría en zonas umbrosas y húmedas de barrancos, generalmente calizos, desde el nivel del mar hasta los 1600 m. Puede formar pequeños bosquetes, pero generalmente acompaña a otras especies de árboles de hoja caduca. Los tilos se pueden asociar en simbiosis a hongos del grupo de las trufas. Además, son especialmente resistentes a los incendios.
DISTRIBUCIÓN
Es más abundante que su congénere y aparece en casi toda Europa, oeste de Siberia y el Cáucaso, mientras que en la Península Ibérica, de forma natural, se limita a la franja norte. Habita desde los Picos de Europa, País Vasco y Navarra hasta las zonas más orientales de Pirineos. Se usa habitualmente como planta ornamental en parques, jardines y vías públicas.
MÁS INFORMACIÓN
Se conocen desde antiguo las propiedades calmantes, antiespasmódicas y sedantes de la tila. Para elaborarla se utilizan las flores con la hoja modificada (bráctea) a modo de ala en forma de lengüeta. Se recogen al madurar en verano, se dejan secar, se trocean y ya las tenemos preparadas para tomarlas en infusión. Su recolección es lenta y laboriosa, por lo que se suelen cortar las ramas cada 6 o 7 años para extraer las flores. Cogerlas directamente del árbol no es rentable si no es para uso personal.
Por otro lado, las hojas constituyen un buen forraje para el ganado.
El tilo es el árbol sagrado de los pueblos germánicos y bálticos. También es el símbolo de fidelidad conyugal y por esta razón se plantaba con frecuencia junto a las iglesias, conventos y en las plazas de muchas localidades del centro de Europa.Tilia era el nombre latino con que los romanos conocían al tilo; cordata alude a la forma acorazonada de sus hojas.