Parque de Ametzagaina

Es, junto con Miramon, uno de los parques más extensos de San Sebastián, por lo que dispone de accesos desde varios barrios. Incluye extensos bosques de frondosas, zonas de sotobosque y grandes praderas por las que pasear cómodamente gracias a sus cinco kilómetros de caminos. El marojo, el tipo de roble que en euskera da nombre al parque y constituía el bosque primitivo, aún puede encontrase, aunque disperso entre otras especies como robles, alisos, castaños, laureles, abedules, etc. Entre los elementos más significativos de este espacio natural hay que mencionar el bien conservado fuerte, construido en 1875 durante las guerras carlistas y situado en la zona más elevada. El parque también acoge un yacimiento arqueológico de edad gravetiense, datado hace aproximadamente 27.000 años, y considerado el más antiguo de la ciudad. También dispone de áreas recreativas, espacios para el juego infantil y la práctica del ejercicio físico y un espectacular mirador sobre la cuenca del río Urumea.