Este histórico parque está estratégicamente ubicado en una zona elevada, situada entre las playas de La Concha y Ondarreta, por lo que constituye un espectacular mirador sobre la bahía donostiarra. El palacio, de estilo “old english”, fue diseñado a modo de confortable casa de campo para albergar a la familia real durante sus estancias estivales, inaugurándose en el verano de 1893. El jardinero francés Pierre Ducasse fue el encargado de diseñar los jardines a su alrededor, que en la parte delantera descienden suavemente hacia el mar en una evocadora campiña, ideal para detenerse a admirar el paisaje. El resto del parque está constituido por prados, rodeados de alineaciones de árboles y salpicados de vistosos conjuntos florales, que se adaptan a la desigual orografía del terreno. El espacio está cerrado por un muro de piedra por el que, perezosa, trepa la hiedra, proporcionando refugio a pájaros y aves de pequeño tamaño. Los accesos al recinto también rezuman grandiosidad, con portales enrejados y edificios añejos destinados al cuerpo de guardia y portería.