Este pequeño parque, localizado muy cerca de la playa de Ondarreta, fue diseñado por el arquitecto Joaquín Montero, quien lo situó a la misma cota en la que se encontraban las antiguas marismas. El acceso desde el entorno inmediato se realiza a través de sendas rampas de adoquines, manteniendo ese aislamiento que refuerza su carácter natural primigenio. Posee un estanque, animado en los días soleados por el canto de los anfibios, alimentado permanentemente por una fuente constituida por dos pantallas de hormigón. Sobre ellas, las figuras en bronce de dos niños, realizadas por Paco López, contemplan absortos la caída del agua. Las zonas ajardinadas, conectadas por un paso bajo el vial urbano, presentan un arbolado de gran porte, con castaños de indias, laureles, alisos, abedules y tilos. Entre los macizos de acantos juguetean las aves, ajenas al ajetreo urbano. En esta parcela se ubicó la conocida fábrica de cervezas El León, y antes que ella, el caserío Zubimusu.