Parque de Larratxo

Este extenso espacio verde cuenta con dos zonas claramente diferenciadas. En la zona baja, un sinuoso camino rodea una vaguada fresca y sombría por la que discurre una silenciosa regata, y en cuyos márgenes crece la vegetación de ribera, hogar de ruidosas aves y juguetonas ardillas. El sendero, jalonado de bancos, salva el cauce del arroyo mediante puentes de madera de inspiración oriental, junto a los que crecen los helechos arbóreos. La parte alta, por el contrario, es una soleada pradera de suave inclinación, en la que destaca un bello ejemplar de sauce llorón que custodia, lánguido, un antiguo manzanal. Enfrente se han construido cuatro terrazas aprovechando la pendiente. En ellas se han instalado juegos infantiles y espacios para hacer ejercicio físico, salvando los escalones mediante toboganes y rocódromos. En la cúspide del parque, muy cerca del merendero Lau-Haizeta, se pueden encontrar macizos de flores, organizados en una estética composición en la que se combinan plantas vivaces, suculentas y aromáticas.