Arce azucarero (Acer saccharum) hojas

Arce azucarero (Acer saccharum)

El arce azucarero (Acer saccharum) es una especie de arce nativa de los bosques de madera dura del oriente de Canadá y de las zonas septentrionales del centro y este de los EE.UU., famoso por la belleza de su brillante follaje en otoño.

Se trata de un buen árbol de cultivo urbano, sobre todo en parques y jardines, gracias a la relativa facilidad de se propagación y trasplante y su rápido crecimiento después de la germinación. También es una especie que se adapta muy bien al arte de cultivo bonsái.

El arce azucarero es un árbol caducifolio ancho y columnar que alcanza normalmente alturas de 25 a 35 metros, y excepcionalmente hasta 45 metros. Por lo general, un árbol de 10 años es típicamente de unos 5 metros de alto. Cuando está sano, un ejemplar de esta especie puede vivir hasta 200 años, aunque en Canadá es posible encontrar especímenes de 500 años.

La corteza del tronco es pardo-gris y lisa, y con el paso del tiempo se torna agrietada y escamosa.

Las hojas del arce azucarero, de hasta 20 centímetros de largo e igualmente anchas, poseen cinco lóbulos palmados. Los lóbulos basales son relativamente pequeños, mientras que los lóbulos superiores son más grandes y con muescas profundas.

El color del follaje es a menudo espectacular, que va desde el amarillo brillante al rojo anaranjado fluorescente. Las yemas de las hojas son puntiagudas y de color marrón. Las ramitas de crecimiento del año reciente son verdes y se ponen de color marrón oscuro.

Las flores del arce azucarero se presentan en panículas de cinco a diez juntas, de color verde amarillento y sin pétalos. La floración se produce a principios de la primavera. Este árbol generalmente comienza a florecer cuando tiene entre 10 y 15 años de edad. El fruto es un par de samaras (semillas aladas).

Las semillas de esta especie son globosas y tienen un diámetro de 7 a 10 milímetros, y cada ala mide entre 2 y 3 centímetros. Su caída del árbol se produce en otoño, debiendo estar expuestas a 90 días de muy baja temperatura para romper su revestimiento.

Por esta y otras razones, la germinación del arce azucarero es lenta, no ocurriendo hasta la primavera siguiente cuando el suelo se ha calentado y el peligro de las heladas ha quedado atrás.

Hasta mediados del siglo XX, este árbol solía ser cultivado para ornamentar los bordes de los caminos, sin embargo, tuvo que ser sustituido por otras especies más resistentes debido a que lo afectaba la contaminación producida por los automóviles.