DESCRIPCIÓN
Árbol de hoja caduca de hasta 25 m, de corteza grisácea, tronco estriado u ondulado, como si poseyera musculación, y ramillas jóvenes pelosas. Podríamos decir que las hojas, por su forma, son de estilo gótico, semejantes a las del haya, con la que a veces se confunde, pero con aspecto de estar algo arrugadas por la nerviación, que está muy marcada. Miden 4-10 cm de largo por 3-5 cm de ancho, son alternas, ovaladas o redondeadas y terminadas en punta. Las flores masculinas y las femeninas nacen por separado en grupos colgantes en primavera. Las primeras para facilitar la dispersión del polen por el viento. Los frutos son secos, con la forma de peritas estriadas que no se abren al madurar (aquenios), y se disponen en racimos colgantes que poseen unas brácteas (hojas modificadas) trilobuladas, con el lóbulo central más largo que los laterales, lo que facilita también su dispersión por el viento.
ECOLOGÍA
El carpe forma rodales en bosques caducifolios mixtos sobre suelos ricos en nutrientes, mejor sobre los calizos que sobre los silíceos. Crece en climas templados y húmedos. Se sitúa a unos 200 m de altitud en la Península y, por lo general, en el resto de su área de distribución no sobrepasa los 1200 m.
DISTRIBUCIÓN
Especie propia del centro de Europa y el suroeste de Asia, que alcanza la Península Ibérica de forma natural sólo en el extremo occidental de Pirineos (Navarra) y se localiza en algunos valles de la cuenca del Bidasoa. No obstante, se han hecho repoblaciones en Huesca y en Guipúzcoa, y a veces se emplea como ornamental en parques y jardines.
MÁS INFORMACIÓN
El carpe produce una madera buenísima, pesada, de tono blanquecino, muy resistente, dura, difícil de trabajar y apreciada en tornería.
Proporciona un combustible de elevado poder calorífico y con ella, por su gran resistencia al golpe, se elaboran mazos, bolos, bolas, rodillos de madera, etc.
Por sus propiedades astringentes, las hojas en cocimiento se han empleado para atajar las diarreas.
Gracias a los bellos matices de colores que adquiere en otoño, se ha plantado como ornamental en parques y jardines, costumbre extendida en los países centroeuropeos donde es más común. También puede formar parte de los setos al aguantar bien la poda. Un ejemplo lo encontramos en La Granja, en Segovia. Ya en 1877, el ingeniero de montes Joaquín María de Castellarnau, en su Estudio ornitológico del Real Sitio de San Ildefonso y sus alrededores…, escribe: «Los árboles que figuran en la plantación lineal son, principalmente, el tilo, el olmo, el castaño de Indias y el carpe (haya francesa), y esta última se emplea también en la formación de setos».
El carpe está incluido en los catálogos de especies amenazadas y protegidas y en las listas rojas de plantas vasculares del País Vasco y de España.
Carpinus era el nombre con que los romanos designaban al carpe y a su madera; betulus alude a su semejanza con el abedul, Betula, que pertenece a la misma familia.